Uno de los principales problemas con el que se encuentran los conductores noveles o menores de 25 años es el gran sobrecoste que deben soportar en sus pólizas con relación al de otros conductores.
Estadísticamente los conductores menores de veinticinco años son los que mayores gastos generan a las aseguradoras, debido principalmente al mayor número de imprudencias y a la menor experiencia. Desgraciadamente como viene siendo habitual, pagan justos por pecadores, y conductores jóvenes responsables se ven obligados a pagar pólizas en ocasiones hasta un 400% superiores a las que afrontan conductores de mayor edad en las mismas condiciones.
Recientemente estamos viendo cómo muchas compañías de seguros están empezando a ofrecer productos específicos para este colectivo. De esta manera vemos cómo compañías como Mapfre han lanzado la póliza YCAR,la cual premia a los jóvenes buenos conductores con importantes bonificaciones en la renovación de sus pólizas.
Otras compañías como Línea Directa también disponen de seguros específicos para jóvenes con grandes descuentos, sujetos eso sí, a determinadas condiciones, como por ejemplo no conducir entre la 1 y las 6 de la mañana, y no consumir ningún tipo de bebida alcohólica. No obstante, si transcurren tres años sin que el conductor tenga ningún tipo de percance, dichas limitaciones desaparecen.
De todas formas, como es habitual en cualquier seguro de coche, las condiciones de la póliza también se verán afectadas por otros factores, como puede ser la antigüedad del carnet de conducir, edad del asegurado, características del vehículo a asegurar, o el sexo del conductor. En este sentido, dado que en esta franja de edad, existen estadísticamente grandes diferencias de siniestralidad entre hombres y mujeres, algunas compañías ofrecen pólizas especialmente dirigidas a mujeres de hasta 25 años, con importantes reducciones en el precio. Debemos recordar eso sí, que a partir del 31 de Diciembre de 2012 estarán prohibidas las discriminaciones por razón de sexo en el ámbito de los seguros.
En definitiva, ser joven no es sinónimo de ser imprudente, y afortunadamente vemos como existen compañías que tienen en cuenta este hecho. Se hace imprescindible por tanto, para cualquier menor de 25 años comparar exhaustivamente entre diferentes compañías, buscando productos específicos para ellos, y no limitarse únicamente a los seguros tradicionales, que muchas veces añadirán un sobrecoste abusivo simplemente por presuponerles una menor rentabilidad.
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